domingo, 27 de julio de 2008

FAVORABLE CAMBIO DE ENTORNO

Barrio Chino da nueva vida al tradicional centro comercial de Villa Francisca y San Carlos
Ha sido notorio el cambio cualitativo de la zona en cuanto a organización, limpieza y belleza, en ella sobresalen los elementos propios de la arquitectura china.

sábado, 26 de julio de 2008

SANTO DOMINGO, DN. República Dominicana.- Luego de la inauguración de la remodelación del Barrio Chino, el pasado 17 de abril, la zona comercial de la avenida Duarte y vías aledañas ha recobrado su tradicional pujanza económica y el atractivo para la ciudadanía.
Ha sido notorio el cambio cualitativo de la zona en cuanto a organización, limpieza y belleza, en ella sobresalen los elementos propios de la arquitectura china.
En esta zona comercial -localizada en la avenida Duarte y entre las avenidas México y Mella- se aprecia una imponente estatua del pensador chino Tsai Shen Yeh o Lu Shig, dios del bienestar o prosperidad, y la de la Princesa China, que inspira esperanza y la búsqueda de la prosperidad con el trabajo y la autogestión. Estas estatuas se encuentran ubicadas en las aceras, ahora convertidas en atractivos paseos.
Enclavado en una de las zonas comerciales más antiguas de Santo Domingo, en la que confluyen San Carlos y Villa Francisca, predominan en los negocios del Barrio Chino los restaurantes, las joyerías, las tiendas de tejidos y las jugueterías.
Los comerciantes y habitantes de la zona aseguran que “valió la pena esperar tres años para ver un cambio como este”.
Explican que las ventas eran escasas debido a que esa zona se caracterizaba por los atracos que se reportaban a diario.
Posteriormente, la tardanza en los trabajos de remodelación generó un obstáculo extra.
Pero, una vez que el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN) concluyó las obras, el Barrio Chino se ha convertido en un atractivo para los capitaleños.


Vigilancia policial
El sargento mayor Ángel Mateo, encargado de la seguridad del Barrio Chino, afirmó a Clave Digital que la seguridad del área es una de más efectivas.Explicó que se lleva a cabo una labor combinada o mixta, que incluye agentes de la Policía Municipal, de la Autoridad Metropolitana del Transporte Terrestre (AMET), y de la Policía Nacional y la Policía Turística (POLITUR). Todos están ubicados en los alrededores del Barrio Chino, y patrullan día.“La gente tenía miedo de venir, porque imagínate le rodean barrios como Villa Francisca, San Carlos, Zona Colonial, el barrio 27 de Febrero, y la avenida Duarte, entre otros, pero ya han disminuido los atracos”, manifestó el sargento Mario Manuel, de la Policía Nacional. En la actualidad, el entorno del Barrio Chino luce tranquilo, con un buen flujo de visitantes, y sus calles notablemente limpias. Según moradores de la zona, cada mañana empleados del ADN llevan a cabo las labores de limpieza. Las autoridades han dispuesto de un servicio de vigilancia las 24 horas para proyectar confianza y atractivo para los turistas y dominicanos que gusta de la comida y la cultura orientales.

Hablan los comerciantes
El comerciante Elías Marte, uno de los propietarios de la Joyería Elías, espera que esta reconstrucción siga atrayendo más clientes, ya que alegadamente las grandes tiendas que rodean la zona arropan los pequeños negocios. “Estoy a la espera de recuperar lo que perdí en el tiempo que duró la reconstrucción. El sucio y el polvo que habían, producto de los trabajos que duraron casi cuatro años, ahuyentaba los clientes”, manifestó. El vendedor de frutas Eduardo Montero, quien lleva más de 18 años trabajando en el lugar, explicó que la avenida Duarte ha tenido un gran cambio por la higiene, la seguridad y la organización que se evidencia después de la remodelación del Barrio Chino. Según un vendedor de joyas chino, que trabaja por más de tres años en la Duarte y quien no quiso ser identificado, la remodelación ha traído un verdadero cambio a la infraestructura del área. Espera que las personas sigan visitando el Barrio Chino, porque a su juicio la clientela ha mejorado “bastante”.


Hablan los visitantes
Para Johanna Francisca Díaz Paulino, quien trabajaba en unos de los restaurantes, “todo esta más bonito y cambiado, y hasta la misma gente de la calle parece verse mejor”.
Lo mismo opina Claritza Alcántara, quien adquiere productos que se comercializan en la zona. “El barrio se ve bien, seguro y confortable, además venden barato”.
Para Víctor Medina, la reapertura del Barrio Chino ha reducido la cantidad de mendigos y delincuentes que azotaban el lugar.
“Ahora se ven menos mendigos y prostitutas y hay más policías municipales. Debe hacerse lo mismo con los barrios cercanos para que el cambio se vea más”, agregó.
La remodelación del Barrio Chino, el China Town de Santo Domigo, contó con el apoyo de los comerciantes de la zona, que aportaron trabajo y una parte del dinero como contrapartida a las inversiones del Ayuntamiento del Distrito Nacional y la Secretaría de Estado de Obras Públicas.
La Fundación Flor para Todos, que dirige Rosa NG, promocionó la obra y mantuvo el entusiasmo de los chinos y descendientes de chinos para la materialización del proyecto. Las esculturas y las cerámicas decorativas fueron importadas desde China y desde la República de Taiwán.

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