Con 91.000 espectadores en las gradas involucrados y fascinados con el espectáculo, y miles de atletas sobre el campo del Estadio Nacional (o Nido de Pájaro), el director de cine y coreógrafo Zhang Yimou volvió a dejar boquiabiertos a todos con una clausura llena de luz y brillo, en la que el tenor español Plácido Domingo, muy querido en China, prestó su voz.
Los fuegos artificiales, inventados por China hace dos milenios, abrieron la fiesta dibujando la cuenta regresiva, desde el número 29 (por ser Pekín los Juegos de la vigésima novena Olimpiada) hasta el cero, y, como en la inauguración, miles de extras volvieron a tomar el estadio con vistosos trajes, reseñó Efe.
Tras 16 días de competencias, récords, emociones, nuevos héroes y una organización impecable, la capital China puso fin a la fiesta del deporte universal de este año y cedió el testigo a Londres, país que acogerá la cita dentro de cuatro años.
Luego escuchar el Himno Nacional y de la presentación de las autoridades presentes, el eufórico público del Nido de Pájaro, comenzó a disfrutar de actuaciones majestuosas de cientos de actores y bailarines.
Momentos después de iniciar el acto a las 08:00 de la noche, hora local, dos tambores gigantes de 4,7 metros de diámetro eran percutidos por hombres que colgaban con ellos desde las alturas sobre el centro del estadio olímpico.
Más de mil bailarinas adornadas con campanas de plata, carros con tambores que recordaron la parafernalia del Circo del Sol, y actores saltando, corriendo y volando por los aires (en alegoría al lema de las Olimpíadas: Más rápido, más alto, más fuerte) calentaron el ambiente para la llegada de los atletas.
Cumplidos los actos culturales iniciales, siguió el desfile de los atletas, representando a los 204 comités olímpicos nacionales que participaron, un homenaje especial a los voluntarios y la premiación de los ganadores del maratón olímpico que se llevó a cabo en el último día de competencia.
El keniano Samuel Wansiru, el marroquí Jaouad Gharib y el etíope Tsegay Kebede recibieron sus medallas, oro, plata y bronce, respectivamente, en medio de la solemnidad del acto que pone fin a un evento que atrae la atención del mundo entero.
"Juegos de Pekín fueron realmente excepcionales"
En su tradicional discurso pronunciado durante la ceremonia de clausura, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge, calificó a los Juegos de Pekín como "realmente excepcionales", soltando la palabra tan esperada, cuatro años después de los Juegos "inolvidables" de Atenas, y ocho años más tarde de "los mejores Juegos de la historia" organizados en Sidney.
"A través de estos Juegos, el mudo aprendió mucho de China y China aprendió mucho del mundo", señaló Rogge, repitiendo una frase que se ha convertido en proverbio y que había pronunciado como un presagio antes de la misma apertura de las competiciones.
"Queridos deportistas, ustedes son modelos. Nos mostraron
el poder federativo del deporte. El espíritu olímpico vive en el cálido abrazo de países en conflicto", citó AFP.
"Mantengan ese espíritu vivo una vez que vuelvan a sus casa", acotó el belga, haciendo referencia a las uniones entre deportistas rusos y georgianos en los Juegos, al tiempo que el conflicto armado estallaba entre los dos países.
Londres recibe el testigo
Luego de que Rogge y el presidente del Comité Organizador de los Juegos, Qi Lui, destacaran el éxito de Pekín 2008, el alcalde de la capital china, Gio Jinlong, entregó la bandera olímpica a Boris Johnson, alcalde de Londres, ciudad que organizará las próximas Olimpíadas.
El astro del fútbol inglés David Beckham protagonizó el momento estelar del pase del testigo de Pekín a la organización de Londres 2012, chutando un balón desde un típico autobús rojo de dos pisos estacionado en el centro del escenario.
Durante los ocho minutos dedicados a presentar los próximos Juegos, justo después de que el alcalde de Londres recibiera el pabellón olímpico, el mediático ex futbolista del Real Madrid volvió a centrar las miradas del mundo entero cuando entró en escena.
El miniespectáculo preparado por los británicos comenzó con el autobús dando la vuelta al estadio rodeado de bailarines, seguido por tres ciclistas olímpicos británicos, según AFP.
Luego el vehículo se detuvo y poco a poco surgió de su interior, en una plataforma, la famosa cantante Leona Lewis, quien interpretó junto al guitarrista de Led Zeppelin, Jimmy Page, una versión del clásico tema del grupo "Whole Lotta Love" ante un animado público.
Finalmente, llegó el esperado momento de ver entrar en escena a Beckham. El icono inglés del fútbol surgió también entre aclamaciones del autobús y chutó el balón, dando simbólicamente el disparo de salida a los Juegos de Londres.
Entre vítores, el autobús salió de escena cubierto de paraguas, echando mano de otro clásico londinense, la lluvia, en un toque de humor al más puro estilo inglés.
Se apagó la llama olímpicaTras el relevo olímpico, la llama que ardió en el pebetero del Nido de Pájaro desde el 8 de agosto se extinguió a la espera de que los rayos del sol vuelvan a encender el fuego sagrado dentro de cuatro año.
El fuego desapareció bajo un fondo de música melancólica, para desconsuelo del público, pero una torre humana en el centro del estadio, que recreó también una llama con sus brasas y cenizas, aseguró que los Juegos de Pekín no se han ido del todo: seguirán en el recuerdo del Olimpismo y de China.
Con la espectacular ceremonia de clausura, que duró hora y media, Pekín puso fin a unos vistosos Juegos en los que China se coronó por primera vez en la historia del Olimpismo como primera potencia deportiva mundial, logrando 51 oros y colocándose muy por delante de los 36 de Estados Unidos, que llevaba dominando los JJOO desde Atlanta 1996.
